Un supervolcán en Nueva Zelanda está despertando su caldera de magma

Nueva Zelanda se caracteriza por su gran biodiversidad y sus paisajes que han asombrado a sus ciudadanos y turistas durante años. Pero dentro de sus características, hay que decir que el vulcanismo es uno de los más importantes, tan es así que básicamente todas las peculiaridades geográficas que existe en la gran isla, han sido formadas por los volcanes. El lago de Taupo es precisamente una de estas regiones que incluye un paisaje sublime dominado por un volcán y los sismólogos advierten que está despertando.

Taupo es una formación acuífera natural impresionante que se alimenta de las aguas azules de los ríos Waitahanui, Tongariro y Tauranga Taupo. A sus alrededores se pueden apreciar además cataratas y acantilados de piedras preciosas talladas naturalmente, pero quizá la característica que más llama la atención de los que conocen Taupo, es su caldera burbujeante de magma procedente del supervolcán del mismo nombre.

Los geólogos creen que hace 25 mil 400 años, ocurrió una enorme erupción que dio paso a la formación del cráter que ahora está cubierto por el lago. Sin embargo, el volcán no está dormido, incluso hoy en día su actividad es visible para los sismólogos que han detectado terremotos y sismos procedentes de este epicentro.

Los registros dicen que el supervolcán Taupo ha estado activo al menos unas 25 veces en lo que va de los últimos 12 mil años. Se cree que la última gran erupción ocurrió en el año 232 de la era común y que esta junto a las demás explosiones violentas, han logrado crear una cámara de magma muy activa.

¿El volcán Taupo hará erupción?

Las investigaciones de los últimos 42 años han demostrado que aunque Taupo no ha presentado una erupción, sí que ha protagonizado episodios destructivos. Se han detectado movimientos en el subsuelo que finalmente han generado hundimientos e hinchazón del sueño.

“Taupo es un volcán de caldera activo y, aunque no ha entrado en erupción desde el año 232 d. C., ha sufrido períodos de agitación histórica que pueden implicar una gran cantidad de actividad sísmica y deformación del suelo”, explica Finnigan Illsley-Kemp, de la Universidad de Victoria.