Un nuevo tratado bilateral busca revivir el espíritu de cooperación de los años noventa en medio de crecientes tensiones geopolíticas regionales.
En un contexto regional marcado por el aumento de las tensiones territoriales y la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China, Indonesia y Australia se preparan para firmar un tratado de Defensa que promete elevar su relación bilateral a niveles sin precedentes en décadas.
Aunque los detalles completos del acuerdo, que se espera sea firmado en enero próximo, aún no se han revelado públicamente, el primer ministro australiano Anthony Albanese ha delineado sus aspectos fundamentales.
El nuevo tratado comprometerá a ambas naciones a consultar regularmente a nivel de líderes y ministerial sobre asuntos de seguridad, a identificar y emprender actividades de seguridad mutuamente beneficiosas, y a consultarse sobre posibles medidas —individuales o conjuntas— cuando la seguridad de cualquiera de los dos países se vea amenazada.
Ecos de un acuerdo histórico
Este nuevo tratado evoca fuertemente el histórico acuerdo de seguridad firmado durante los gobiernos de Suharto y Keating en 1995, posteriormente disuelto tras la crisis de Timor Oriental. Los tres elementos centrales del nuevo acuerdo reflejan fielmente las disposiciones clave del Acuerdo de 1995, que incluían compromisos de consulta regular sobre materias de seguridad común, consideración de medidas conjuntas o individuales ante desafíos, y promoción de actividades cooperativas en el ámbito de la seguridad.
Es evidente que este próximo tratado de defensa representa un esfuerzo por revivir el espíritu del Acuerdo de 1995, un período considerado como una de las fases más cálidas en las relaciones entre Indonesia y Australia. El momento del anuncio subraya que los vínculos bilaterales entre Yakarta y Canberra se encuentran actualmente en su punto más alto.
Un marco de cooperación, no una alianza militar
Sin embargo, es fundamental comprender que este acuerdo no constituye un tratado de defensa mutua. Ni el primer ministro Albanese ni el presidente Prabowo han hecho referencia a cláusulas de defensa mutua, y dada la histórica política exterior «libre y activa» de Indonesia, resulta altamente improbable que Yakarta se comprometa con alguna alianza militar formal.
No obstante, la importancia de este tratado no debe subestimarse. El hecho de que ambos países se comprometan a consultar y considerar posibles medidas —ya sean individuales o conjuntas— en respuesta a amenazas de seguridad resulta significativo. Esto señala que Indonesia y Australia están cada vez más decididos a abordar juntos los desafíos de seguridad regional, abriendo la puerta a una cooperación más profunda y, si las circunstancias lo demandan, incluso a respuestas coordinadas.
Este marco de consulta y potencial acción conjunta guarda similitud con los Acuerdos de Defensa de las Cinco Potencias (FPDA), que sustentan la cooperación defensiva de Australia con Malasia y Singapur, ambos miembros de la Mancomunidad.
Cautela ante el optimismo
Aunque este acuerdo puede considerarse con razón como un «momento decisivo» en las relaciones Indonesia-Australia, se recomienda cierta prudencia ante el exceso de optimismo. Más allá de la ausencia de un compromiso de defensa mutua, este tratado difícilmente significará una alineación importante de Indonesia hacia Australia o Occidente en general.
Desde que asumió el cargo en octubre del año pasado, el presidente Prabowo Subianto ha seguido una política exterior diversificada que involucra tanto a potencias occidentales como orientales. Esto incluye la profundización de los lazos de defensa con China y Rusia. Recientemente surgieron noticias de que Yakarta podría adquirir lanchas misilísticas, fragatas y aviones de combate de China, a pesar de que Pekín representa una potencial amenaza de seguridad en el Mar de Natuna Norte.
Argentina
Australia
China
Corea
Filipinas
India
Indonesia
Japón
Malasia
Nueva Zelanda
Pakistán
Singapur
Sri Lanka
Tailandia
Vietnam










