El derrocado líder Yoon Suk Yeol se convirtió en el primer jefe de Estado en funciones de Corea del Sur en ser juzgado en un caso penal. Este miércoles comenzaron las audiencias sobre su intento de imponer la ley marcial el pasado diciembre. El exfiscal de 64 años estuvo en prisión desde que fue arrestado el mes pasado acusado de insurrección, por lo que podría ser condenado a cadena perpetua o a la pena de muerte.
Fue arrestado el 15 de enero luego de refugiarse durante semanas en su residencia de Seúl, protegido por su equipo de seguridad, e fue inculpado el 26 de enero. Desde ahí fue puesto bajo detención provisional durante seis meses, plazo tras el cual deberá ser liberado si no ha sido condenado.
La fiscalía solicitó que permaneciera detenido, alegando «la posibilidad de que el acusado influya o persuada a las personas involucradas en el caso». El proceso penal comenzó a las 10:00 am (01:00 GMT) de este jueves en el Tribunal del Distrito Central de Seúl, dijo un reportero de AFP en la sala.
Los fiscales acusaron al presidente suspendido de ser el «cabecilla de una insurrección». Sin embargo, sus abogados insisten en que la investigación carecía de legitimidad desde el principio y cuestionaron la legalidad de su acusación, dado que estaba dentro de su poder como jefe de Estado declarar la ley marcial.
Por otra parte, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur está deliberando si destituir formalmente a Yoon de su cargo tras su destitución por el parlamento en diciembre. Su décima audiencia en ese caso está programada para las 3 pm.