Los funcionarios japoneses dijeron el miércoles que están monitoreando de cerca si China cumple su promesa de evitar nuevas violaciones del espacio aéreo japonés después de que China explicara que la intrusión de un avión militar chino hace casi tres meses fue involuntaria y se debió a turbulencias.
Tokio protestó y exigió una explicación a Beijing después de que un avión de reconocimiento chino Y-9 entrara brevemente en el espacio aéreo japonés desde la isla principal sureña de Kyushu el 26 de agosto, lo que llevó al ejército japonés a detener los aviones de combate y alertar a los aviones.
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El secretario jefe del gabinete, Yoshimasa Hayashi, dijo que China reconoció la violación del espacio aéreo y aseguró a Japón que haría esfuerzos para evitar que se repita.
“Tomamos nota de la explicación de China y de ahora en adelante seguiremos de cerca las actividades militares chinas”, dijo Hayashi.
China dijo que la violación del espacio aéreo ocurrió cuando el piloto del avión tomó medidas de emergencia en respuesta a los disturbios en el área y no fue intencional, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón. Los funcionarios japoneses no revelaron detalles de cuándo China proporcionó la explicación, citando protocolos para intercambios diplomáticos.
Aunque el avión pudo haber encontrado turbulencias, una desviación tan significativa de la ruta de vuelo es impensable, dijeron funcionarios japoneses.
La televisión pública NHK informó que funcionarios de defensa japoneses dijeron que todavía consideran inaceptable la violación del espacio aéreo porque es una violación grave de la soberanía territorial.
En Beijing, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, no confirmó lo que les dijeron los funcionarios japoneses. Dijo que sólo los ministerios diplomáticos y de defensa de los dos países se estaban comunicando sobre el asunto y que “China no tiene intención de invadir el espacio aéreo de ningún país”.
Los funcionarios japoneses están preocupados por la creciente actividad militar de China en torno a las aguas y el espacio aéreo del suroeste de Japón. Esto ha llevado a Tokio a fortalecer significativamente sus defensas en la región, que incluye islas remotas consideradas clave para la estrategia de defensa de Japón.