Indonesia podría reactivar amnistía fiscal en medio de presiones para retrasar el IVA

Indonesia debatirá la reactivación de su programa de amnistía fiscal el próximo año, mientras el Gobierno del presidente Prabowo Subianto busca formas de aumentar los ingresos del Estado en medio de la creciente oposición pública a una subida prevista del impuesto sobre el valor añadido.

El recién nombrado Parlamento decidió añadir la revisión de la Ley de Amnistía Fiscal a su lista de proyectos de ley prioritarios para 2025, tras una sesión plenaria celebrada el martes en Yakarta. La última amnistía terminó en 2022, y cualquier ley revisada podría entrar en vigor tan pronto como el próximo año, según el presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento, Mukhamad Misbakhun.

Los legisladores están estudiando el tercer programa de amnistía fiscal en una década en medio de las protestas de los legisladores y el público sobre los planes para subir el IVA el próximo año. Pero el aumento de los impuestos sobre bienes y servicios «podría erosionar aún más el poder adquisitivo nacional, lo que a su vez puede ralentizar el crecimiento económico», declaró el martes el vicepresidente de la Cámara de Representantes, Cucun Ahmad Syamsurijal. El momento también sería desfavorable debido a las tensiones geopolíticas y a la posibilidad de crisis energéticas y alimentarias que podrían disparar la inflación en 2025, añadió Syamsurijal.

Los ciudadanos también han expresado su enfado en Internet, y algunos han pedido a la gente que se abstenga de gastar y practique una vida frugal para protestar contra la subida de impuestos prevista. Algunos grupos empresariales también han pedido un aplazamiento, temiendo que la subida perjudique aún más a las ventas y a las empresas.

El gobierno se enfrenta a la difícil tarea de equilibrar su salud económica y fiscal el próximo año. La debilidad del crecimiento mundial y de los precios de las materias primas amenaza con reducir los ingresos fiscales en un momento en el que el gobierno también está preparando planes de gasto masivo, amenazando con superar el objetivo de déficit presupuestario de 2,5% del producto interior bruto para 2025. Por otra parte, el consumo interno – que representa más de la mitad del PIB de la nación – ha luchado para crecer por encima de 5%, frenando la expansión económica de la nación, que se desaceleró a su ritmo más lento en un año el trimestre pasado. Los despidos masivos en el sector manufacturero, de gran intensidad de mano de obra, también amenazan las perspectivas del gasto interno.