China e Irán relanzan una ruta ferroviaria de cargas

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Durante el mes de julio partió el primer tren de mercancías desde la estación Aprin, en Irán, con destino a Yiwu, China.

Si bien inicialmente se planea un servicio regular por semana, en un futuro el objetivo es contar con un tren diario, según las autoridades iraníes.

La ruta, cabe destacar, se vincula con el tramo existente entre China y Madrid, que funciona desde hace varios años transportando mercancías. Este trayecto cobró mayor relevancia en el contexto de la crisis del Mar Rojo, que ocasiona numerosos inconvenientes en el transporte marítimo de contenedores: sin ir más lejos, fue recientemente citada como una de las razones que demoró la llegada de los nuevos validadores para los molinetes del Subte, obligando a retrasar la implementación del aumento tarifario que estaba previsto para esta semana.

El transporte ferroviario entre China e Irán resulta competitivo tanto en tiempos de tránsito como en tarifas, de acuerdo con fuentes oficiales. El país islámico atraviesa sanciones económicas internacionales que impactan en los vínculos con las navieras occidentales, por lo que el tren representa una alternativa.

El proyecto forma parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, lanzada por el presidente chino Xi Ximping en 2013. La misma incluye, entre numerosas iniciativas, el desarrollo de rutas ferroviarias entre Europa y China.

En este contexto, las autoridades persas pretenden a futuro que el país sea un punto crucial en el tráfico de contenedores entre China y Europa, en la medida en que las rutas ferroviarias se consoliden.

Numerosos países de Asia y Europa apuestan a la expansión del sistema ferroviario de cargas, tanto nacional como internacional, ponderando sus tiempos de viaje, tarifas y otros beneficios en la logística. En todos estos casos, el rol del Estado es central tanto en la planificación como en las inversiones necesarias. A su vez, el tren es considerado dentro de un esquema multimodal, que permite generar redes de transporte eficientes.

La situación tiene eco en países de nuestra región. Por caso, Uruguay recientemente inauguró el Ferrocarril Central entre Tacuarembó y el Puerto de Montevideo. La obra se realizó durante dos gobiernos de signo político opuesto y despertó interés e inversiones del sector privado.

En Argentina, por el contrario, el gobierno insiste con la privatización de la carguera estatalTrenes Argentinos Cargas (TAC/BCyL), mientras que numerosas obras ferroviarias vinculadas a la logística de exportación -en la mayoría de los casos con financiamiento chino- se encuentran frenadas.

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