China ha descubierto un nuevo mineral en el mayor depósito de tierras raras del mundo. Y contiene un metal estratégico

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Quizás de entrada su nombre no diga gran cosa, pero la niobobaotita, el nuevo mineral identificado por los científicos chinos en un yacimiento de Mongolia, no ha tardado ni un mes en despertar el interés de la industria. Y la mejor prueba es que la noticia de su hallazgo ha pasado directamente de las páginas de la actualidad geológica a las de la crónica económica, tecnológica e incluso geoestratégica. Con razón. La niobobaotita contiene niobio, un metal que se usa en aleaciones, es muy apreciado por sus propiedades superconductoras y se produce en un número muy limitado de países. Tanto, que ahora mismo China necesita importarlo.

La gran pregunta es… ¿Cambiará eso en el futuro?

En un lugar remoto de Mongolia. Allí, en el depósito de Bayan Obo, en Baoutou, Mongolia Interior, acaban de identificar un nuevo tipo de mineral que los expertos han bautizado «niobobaotita». El hallazgo es mérito de tres investigadores del Instituto de Investigación de Geología del Uranio de Beijing, organismo ligado a la CNNC, y ha sido reconocido ya de manera oficial por el comité de la Asociación Mineralógica Internacional, que le ha asignado el número IMA 2022-127a.

De la noticia se han hecho eco medios relevantes, como People Daily o Global Times, ligados a Comité Central del Partido Comunista Chino y que lo presentan como «un nuevo mineral estratégico para componentes de alta tecnología». El descubrimiento confirma también la relevancia del distrito minero de Bayan Obo, que según datos de la propia CNNC cuenta con más de 150 tipos de minerales. De hecho, se considera el mayor depósito de elementos de tierras raras del mundo.

¿Y por qué es tan importante? Porque la niobobaotita contiene niobio, un metal estratégico y que destaca por sus aplicaciones industriales. «Se usa en todo el mundo, principalmente como elemento de aleación en aceros y superaleaciones —señala el Servicio Geológico de EEUU (USGS)—. Se utilizan cantidades apreciables en forma de ferroniobio y níquel-niobio de alta pureza en superaleaciones a base de níquel, cobalto y hierro para aplicaciones como componentes de motores a reacción, subconjuntos de cohetes y equipos de combustión resistentes al calor».

El niobio es apreciado en la industria del acero por su resistencia. No es extraño encontrarlo en aleaciones que se incluyen luego en materiales de construcción, oleoductos, gasoductos, palas de hélices o incluso motores de reacción, entre una larga lista de aplicaciones. Sus propiedades como superconductor, especialmente a bajas temperaturas, lo convierten en un aliado valioso en la producción de imanes para aceleradores de partículas como el Gran Colisionador de Hadrones del CERN o equipos de resonancia magnética y resonancia magnética nuclear (NMR).

¿Tiene más usos? Sí. Geoescience Australia cita otras aplicaciones, como el uso que se da al niobio en las lentes de cámaras, joyería, prótesis, implantes médicos, condensadores de circuitos, lámparas de vapor de sodio o herramientas de corte. El organismo reconoce en cualquier caso que el 90% se asocia con la industria del acero: «La adición de cantidades pequeñas y baratas de niobio —mucho menos del 1%— aumenta la resistencia y disminuye el peso de los productos de acero».

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