Las autoridades del estado indio de Manipur, en el noreste del país asiático, ordenaron este martes el corte de los servicios móviles de comunicación e impusieron toques de queda en varias zonas de la región, en medio de un conflicto violento entre comunidades étnicas desde hace más de un año.
«Existe el temor de que algunos elementos antisociales utilicen ampliamente las redes sociales para transmitir imágenes, discursos de odio y mensajes de vídeo de odio que inciten a las pasiones del público, lo que puede tener graves repercusiones para el estado de Manipur», apuntó el Gobierno del estado en un comunicado.
La medida se mantendrá vigente hasta el 15 de septiembre y afectara el acceso a diversas plataformas de redes sociales en todos los tipos de equipos electrónicos, y el envío de SMS.
En el distrito de Thoubal, la reunión de grupos de más de cinco personas será considerada ilegal, así como la portación de armas de fuego, blancas, palos, piedras u otros objetos afilados, letales u ofensivos, aseguró en su orden, difundida por los medios locales, el Gobierno de Manipur a través del Tribunal de Primera Instancia del distrito.
En Imphal, la capital de Manipur, el toque de queda «total y con carácter inmediato» entró en vigor este martes a las 11:00 (5:30 GMT).
«Tendrá efecto inmediato hasta futuras órdenes», asegura el comunicado de este distrito, similar al expedido por las autoridades del oeste de Imphal.
Desde la imposición de los toques de queda, los medios de comunicación locales han difundido imágenes de las autoridades patrullando en vehículos y tratando de dispersar a los manifestantes mediante el uso de gases lacrimógenos.
Las zonas comerciales de la ciudad permanecen vacías, con las persianas de los comercios bajadas.
Desde el pasado sábado, al menos siete personas han muerto y varias decenas han resultado heridas. El último fallecimiento en ser confirmado fue el de un ex soldado del Ejército indio, cuyo cadáver fue encontrado ayer.
El conflicto étnico, en el que han muerto más de 200 personas, comenzó en mayo del año pasado cuando la minoría kuki protestó contra la solicitud de un tribunal para clasificar a la mayoría meitei como «tribales», un estatus que permitiría ocupar territorios en las montañas y acceder a puestos de gobierno.
La decisión del tribunal fue vista por los kukis como una forma de arrebatar sus privilegios y de hacer prevalecer a la mayoría étnica hindú.
Los kukis, que engloban a varios grupos tribales y son generalmente cristianos, son minoría en la región aunque dominan los territorios de la montaña, mientras que la mayoría metei suele ser hindú y ocupa las zonas llanas del territorio. EFE