Las islas Kuriles continúan siendo un punto de fricción entre Moscú y Tokio desde la Segunda Guerra Mundial.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, llamó este martes a promocionar las regiones de Kamchatka, Primorie y las islas Kuriles, unas islas en disputa con Japón, como destinos turísticos “únicos”, durante una reunión con el Gobierno de Rusia dedicada a promover el turismo nacional. Todas ellas han generado una gran controversia en los últimos meses debido a la guerra de Ucrania iniciada el pasado mes de febrero.
“Se trata de rutas únicas en el sentido directo de la palabra, muy interesantes, diría incluso que emocionantes y totalmente incomparables”, aseguró el mandatario en referencia a esas regiones del Lejano Oriente ruso, tratando de fomentar el turismo después de más de dos años con dificultades para poder movernos y viajar.
Diez reservas naturales
Además, recalcó que “naturalmente hay que dedicar la atención necesaria al desarrollo de este destino” turístico. Durante la reunión, el ministro de Recursos Naturales y Ecología de Rusia, Alexandr Kozlov, afirmó que en las regiones de Kamchatka y Primorie, junto a las islas Kuriles, hay diez reservas naturales que atraen gran cantidad de turistas.
Es decir, existen áreas semiprotegidas de importancia para la vida silvestre, flora o fauna, y con rasgos geológicos de especial interés que son protegidas y manejadas por los humanos, con fines de conservación y de proveer oportunidades de investigación y de educación. Las reservas naturales se consideran parte del Patrimonio de la Humanidad.
Aceptación positiva
Entre ellas, destacó dos parques nacionales, “Tierra del leopardo”, situado en el Krai de Primorie en el Lejano Oriente Ruso, y “Beringuia”, situado en el extremo oriental del distrito autónomo de Chukotka, la región más al noreste de Rusia, además de ocho zonas vedadas. Estas zonas tienen una aceptación positiva entre los turistas que las han visitado.
Las islas Kuriles son la manzana de la discordia entre Moscú y Tokio desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando se incorporaron a la antigua Unión Soviética (URSS) en virtud del Tratado de San Francisco. En 1956, la URSS y Japón suscribieron una declaración por la que reanudaron relaciones diplomáticas y establecieron las normas para la potencial firma de un tratado de paz.
Disputa activa
Esto incluía la devolución a Japón de dos de las cuatro islas Kuriles. Ambos países renunciaron a este acuerdo por motivos múltiples y variados, pero Tokio continúa reclamando las cuatro islas, una disputa que sigue suponiendo uno de los mayores puntos de fricción entre los dos países y la causa principal de que todavía no hayan firmado un acuerdo de paz después del conflicto bélico mundial.