Nuevo código penal de Indonesia es una amenaza para la democracia

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El nuevo código penal del país no solo prohíbe las relaciones sexuales fuera del matrimonio. La libertad de expresión también está restringida. Esto es una amenaza para la democracia y los DD. HH., afirma Rahka Susanto.

El sexo vende: la prohibición de las relaciones sexuales extramatrimoniales impuesta por el Parlamento indonesio a principios de diciembre acaparó los titulares internacionales. Sin embargo, a menudo se pasa por alto que la reforma también restringe gravemente el derecho a la libertad de expresión.

El nuevo código prohíbe, entre otras cosas, las manifestaciones sin registro, la difusión de opiniones contrarias a la ideología del Estado y los insultos al presidente o a otros funcionarios.

Además, quien se comporte de forma hostil hacia las seis religiones y creencias reconocidas oficialmente en Indonesia, es decir, islam, protestantismo, catolicismo, hinduismo, budismo y confucianismo, puede ser condenado a una pena de prisión de hasta cinco años por blasfemia.

Delito de «insulto”

A primera vista, todo parecía coherente y políticamente correcto: 77 años después de su independencia de Países Bajos, Indonesia reformaba por primera vez su código penal, que se remonta a la época colonial. Yakarta vendió la reforma como una liberación del legado colonial y una modernización urgente.

Pero la realidad es otra. Con el artículo sobre «insultos a jefes de Estado e instituciones estatales», el Gobierno de Yakarta facilita la criminalización de sus críticos. En lugar de la modernización anunciada, la reforma del derecho penal permite la persecución arbitraria.

Indonesia sigue así el ejemplo de Tailandia. En el país vecino, insultar o atentar contra la dignidad de un jefe de Estado, a menudo un monarca, o del propio Estado, se considera desde hace tiempo un delito penal.

Las organizaciones de derechos humanos temen que una interpretación flexible del nuevo Código Penal facilite la detención de figuras de la oposición. Esto podría incluir el seguimiento de declaraciones críticas en las redes sociales.

¿Educado o descortés?

Aunque la crítica y el insulto son dos delitos diferentes, en el nuevo texto de la ley no hay una definición precisa de lo que cuenta como crítica y lo que cuenta como insulto al gobierno. Hasta ahora, el gobierno siempre ha señalado que Indonesia es una sociedad que defiende la «civilización oriental», por lo que las críticas deben expresarse con educación. Esto también plantea la cuestión de cuándo algo se considera educado o descortés.

Indonesia es una democracia joven. El mayor país islámico del mundo solo tiene una ley que proteje la libertad de expresión desde 1998. Muchos jóvenes no vivieron los tiempos de la dictadura del general Suharto (1965 a 1998). Más de 156 millones de personas de una población total de 274 millones (57%) tienen menos de 30 años.

De todos, la joven generación que creció en libertad debe temer ahora por su libertad. Solo el Tribunal Constitucional indonesio podría detener la peligrosa reforma. Si los jueces supremos consideran que el nuevo Código Penal viola la Constitución, que protege el derecho de expresión, sería una victoria para la joven democracia indonesia.

Europa puede contribuir a la protección de los derechos humanos en Indonesia. Los Estados miembros de la UE deben plantear la cuestión de las violaciones de la libertad de expresión y los derechos humanos al presidente del país, Joko Widodo, en la cumbre de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) con la UE que se celebrará en Bruselas el 14 de diciembre, y exigir cambios.

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