El terremoto de magnitud 7,1 registrado el pasado 8 de agosto en la isla de Kyushu ha incrementado la posibilidad de un megaterremoto en la fosa de Nankai, una región reconocida por su intensa actividad tectónica.
Potencial desastre en la fosa de Nankai
La fosa de Nankai, situada frente a la costa suroeste de Japón, es un área de gran preocupación debido a la convergencia de la placa filipina bajo la placa euroasiática.
Este fenómeno ha generado megaterremotos cada 100 a 150 años, con la última gran actividad en 1946, cuando un sismo de magnitud 8 causó un tsunami que dejó más de 1.300 muertos.
Según el gobierno japonés, existe una probabilidad del 70-80% de que ocurra un terremoto de magnitud 8 a 9 en los próximos 30 años, lo que podría desencadenar un tsunami devastador con olas de hasta 30 metros de altura.
La preocupación no solo se centra en Japón. Manuel Monsalve, subsecretario del Interior de Chile, advirtió que un megaterremoto en Japón podría generar un tsunami que tardaría más de 20 horas en llegar a las costas sudamericanas, afectando particularmente a Chile y Perú.